El Palacio Raggio nació a comienzos del 1900 como un ícono de la arquitectura francesa en Buenos Aires. Originalmente perteneció a la familia Ortiz de Rozas y con los años se transformó en parte del patrimonio histórico de la ciudad.
Con el paso del tiempo, el edificio fue quedando en el olvido y hacia fines de los años 70 estuvo incluso ocupado de manera ilegal.
Entre 2008 y 2015, la constructora Fernández Prieto & Asociados, especialista en restauraciones patrimoniales, lo recuperó con un trabajo minucioso: se respetaron sus detalles originales y se incorporó la infraestructura moderna necesaria para disfrutarlo y aprovecharlo plenamente.
El Palacio Raggio se consolidó como un espacio versátil, donde la elegancia de otra época convive con la comodidad actual. Es el lugar ideal tanto para todo tipo de producciones audiovisuales y de moda.
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